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Escuela Inmaculada Concepción - Campus Educación Inicial
Tipo de proyecto
Fotografía
Fecha de finalización
Noviembre 2025
Fecha de Inicio
Diciembre 2024
Ubicación
Barrio Carolina, Ciudad del Este, Paraguay
Este proyecto nace de una idea simple: la escuela como espacio de formación, pero también como lugar de vida.
Implantada en el Km 7 del barrio Carolina, la propuesta responde a una necesidad real de crecimiento, planteada desde una arquitectura clara, honesta y progresiva. El conjunto se desarrolla por etapas, permitiendo que la obra crezca con el tiempo, sin perder coherencia ni identidad.
La arquitectura no busca protagonismo. Busca servir.
Los espacios se ordenan con lógica, se iluminan naturalmente y se abren al entorno. El edificio respira, se adapta al clima, dialoga con el paisaje.
La presencia de áreas verdes, patios y espacios abiertos no es decorativa: forma parte del aprendizaje. El contacto con la naturaleza, la luz y el aire libre contribuye al bienestar, a la concentración y a la formación emocional de los estudiantes.
Cada decisión proyectual responde a una idea de escuela contemporánea: flexible, inclusiva y consciente de su entorno. Una arquitectura que acompaña el crecimiento, que enseña sin palabras y que permanece en el tiempo sin imponerse.
Porque educar también es construir espacios dignos, sensibles y humanos.
El bloque académico se organiza a partir de diez aulas que se articulan entre sí con sencillez y claridad. Los espacios no se imponen: se conectan. La circulación fluye, acompaña, se transforma en lugar de encuentro y de pausa. Aquí, los pasillos dejan de ser tránsito para convertirse en parte del aprendizaje.
Las aulas se abren al entorno, buscando la luz, el aire y la escala justa para el niño. Todo está pensado para que el espacio no limite, sino que acompañe. Para que aprender sea algo natural, casi espontáneo.
Los patios aparecen como vacíos necesarios. Lugares donde el cuerpo se mueve, donde la mirada descansa, donde el tiempo escolar se vuelve más humano. Un patio abierto al cielo y otro protegido, pensado para los días de lluvia, permiten que el juego y la convivencia no se interrumpan nunca.









